La astrología como brújula

(Martha cáceres, autora invita)

Un día, estando en la India, mientras observaba la puesta de sol desde el balcón del apartamento donde vivía con mi esposo, pensaba con curiosidad en el movimiento de nuestro planeta, el que nos permite ser testigos de amaneceres y puestas de sol, cambios en las mareas y transformaciones cíclicas de la naturaleza. Me preguntaba: ¿cómo podemos olvidar el hecho de estar en un planeta que está en movimiento constante?, ¿cómo pasamos los días en nuestras respectivas rutinas, olvidando que estamos de viaje por el universo?

Un interés inmenso por entender los astros creció en mi corazón. Quise saber más sobre los movimientos de la luna, el sol y los planetas. Quise entender las influencias de los astros más allá de lo que era visible y así empezó mi encuentro con la Astrología. Exploré mi carta natal (la que defino como una foto de la posición de los planetas en el momento del nacimiento) y este encuentro fue revelador. Un círculo dividido en doce partes iguales y con muchos símbolos, me mostraba de una forma tan precisa, lo que a mí me había costado aprender durante casi la mitad de mi vida.

En mi carta, el Sol, Mercurio, Júpiter y Neptuno están ubicados en la casa cinco, la casa de la expresión creativa. El Sol, símbolo de nuestra esencia individual y la forma como brillamos en el mundo, me mostraba que a través de la expresión de mi creatividad iba a lograr transmitir mi “sello personal”. Mercurio por su parte, me sugería una inclinación fuerte hacia la comunicación de ideas a través de la escritura y la expresión oral. Júpiter, acompañando a esta pareja de astros, también señalaba la expansión y crecimiento en esta área de mi vida y Neptuno con su toque místico e idealista, reafirmaba que el amor por la escritura y el deseo de contar historias, no era solo un pasatiempo oculto para sacar a la luz de vez en cuando, representaba algo más profundo; mi búsqueda espiritual y mi propia vocación.

Haber explorado mi carta natal antes de escoger mi carrera, cuando tan solo tenía 16 años, hubiese sido maravilloso. He pasado muchos años de mi vida, descubriendo lo que amo, lo que me hace feliz y ahora entiendo que esta búsqueda era de hecho el camino para el encuentro con mi esencia, era la forma de sanar, de transformar y de encontrar el propósito a través de entregarle al mundo lo que he me hace feliz. Sin embargo, los planetas en mi carta, siempre habían estado ahí, dándome una pista.

Reafirmar mi vocación en la carta natal no fue lo único revelador. Quirón, el cuerpo celeste que muestra la herida que venimos a trabajar en esta vida, estaba ahí, mirándome desde la casa diez. ¿Qué significa Quirón en esta casa? Representa la dificultad para encontrar la proyección personal en el mundo, es sentir una necesidad constante por generar caminos alternos al mandato de la sociedad o de los padres y por eso mismo, es muchas veces, no contar con su reconocimiento. Así que ahí estaba este cuerpo celeste, mostrándome la historia de mi vida.

Por muchos años busqué la reconciliación con el hecho de que a pesar de intentarlo, no podía seguir el camino que mi padre hubiese querido para mí y he tenido que liberarme también de la necesidad de ser reconocida y aprobada por otros, así sean los seres que más amo o los que más admiro. Entendí que a este mundo vine a crear mi propio camino y a responder a mi corazón, porque finalmente el objetivo no era buscar un lugar donde tratar de encajar en el ámbito profesional, sino crear un lugar donde yo me sintiera plena. Quirón estaba ahí mostrándome que el camino recorrido, me iba a llevar a sentir un profundo deseo por ayudar a los que al igual que yo, no encuentran fácilmente su lugar en el mundo. Mi propósito estaría ligado a ayudar a otros a encontrar su propia vocación, cumpliendo con la misión de Quirón, quien gracias a su herida, se convierte en sanador de otros. ¿Y cómo hacerlo? A través de la expresión creativa y la comunicación. Como lo indica mi carta y como siempre lo había dicho mi intuición.

Lo que dice la astrología no está escrito sobre piedra, porque como humanos siempre tenemos la libertad de escoger nuestro propio camino y esto nos da infinitas posibilidades. Los planetas y su simbología son instrumentos que nos recuerdan lo que ya intuimos, es un mapa que ayuda a entender mejor el camino o una brújula que te indica el norte cuando todo pareciera estar nublado. Es un camino de autoconocimiento que te permite entender tu esencia, tus desafíos, una ruta para la sanación de lo que ha dolido en la vida, si así lo quieres. Es una puerta que te lleva a entender los procesos de la vida, sus desafíos pero también todas las posibilidades de crecimiento que tenemos a través de este caminar. Este mapa de símbolos recuerda una sabiduría que ya poseemos y que solo está esperando que la integremos a nuestro día a día.

Integrar la astrología a los procesos de la vida, es hacer consciente nuestro lugar como parte de un sistema en el que todos estamos conectados y donde somos influenciados por los fenómenos naturales, así como la marea cambia con los movimientos de la luna. Es entender que los procesos que vivimos en la vida tienen un sentido y que todos sin excepción tenemos un sol que nos recuerda nuestra esencia única. Al final, no somos independientes de lo que pasa en el universo, somos parte de él y nos movemos con él. Porque mientras el universo y sus astros viajan a través de sus ciclos y transformaciones, nosotros viajamos a través de nuestra luz, sombras, emociones, desafíos y aprendizajes. Para mí es maravilloso sentirme parte de esta danza.

Martha Cáceres, contadora de historias, fascinada por descubrir nuevos lugares y culturas, viajera constante en el  camino del autoconocimiento, estudiante cautivada por la Astrología.

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