La escritura como práctica de la vida cotidiana, y como bien común, traslada de inmediato el acto de escribir a un acto para la gente «extraordinariamente corriente», vuelca la escritura hacia nosotros mismos y nuestro mundo circundante. Somos ante todo, individuos diarios, excepcionales en sus formas sencillas de ser, aspirantes corrientes a la vida de todos los días.
Promuevo la escritura como práctica consciente, cotidiana y autorreflexiva. Escritura para gente común y sin pretensiones.
Talleres de escritura: Taller/laboratorio (en línea o presencial) que vincula lenguajes creativos y terapéuticos para hacer de la escritura alimento que nutre y acompaña nuestra vida.

