De la inmanencia a la transcendencia ( en clave astrológica)

La pulsión creativa habita en todos, así como habita el yo y su función distintiva, esa que nos hace ser comunes y únicos a la vez. La inmanencia como estado latente del yo, nos invita a soñar, a querer crear. Este estado latente lo podemos percibir en su máxima expresión  en esa “pausa abierta” o ese “respiro calmo” donde no somos habitados por complejos internos o por mandatos exteriores. La inmanencia como milagro es la puerta hacia el potencial propio, es la luz de deseos y anhelos que nos habitan sin más.