La niña eterna

Por Nissa Kingg ( autora invitada)

Las imágenes del teatro de mi vida son recurrentes, prefiero el teatro para recordar que el cine, porque me gusta más bajar el telón que ir a negro. Al bajar el telón tengo más esperanza de que vuelva a subir.

PRIMER ACTO: LA CONFESIÓN

Noche, la brisa movía las hojas de los árboles como si aún fuera diciembre. La pizzería a media luz y todas sus mesas ocupadas.

Primera escena: La felicidad convertida en daño.

 LA ETERNA NIÑA: Estoy embarazada

 LA MADRE ABNEGADA: ¿CÓMO PUDISTE HACERME ESTO?

Contra todo pronóstico la voz se elevó por encima del resto de comensales. Ese día la lista de afrentas que la niña había cometido contra ella era mucho más larga, incluso para quienes la conocían de memoria. Ella la repetía a diario.

Me aterraba el poder que tenías de convertir todo en una afrenta contra ti.

Segunda escena: La verdad la hizo libre

Cuatro mujeres y un hombre. El árbitro menos pensado de la secta matriarcal de la que me habías hecho parte. Firmada con un pacto de silencio, obediencia eterna, invisibilidad permanente, vivir por ella para no tenga que crecer.

El único hombre de la mesa se levanta. La figura masculina que la secta calificó de malvada fue la que bajo el telón. Sostuvo la mano de la niña que vivía en el cuerpo de una mujer. Una niña que una vez más había hecho sufrir de manera indecible y maquiavélica a su madre. Lo hacía sistemáticamente desde el momento de su nacimiento.

La mujer no sabía que ese día la niña comenzaba su lucha por crecer.

SEGUNDO ACTO: LA EXPULSIÓN DEL PARAISO

Calor abrasador. Días de cielos despejados. Un pequeño apartamento asfixiante. Todos contra uno.

Primera escena: Silencio como castigo.

Días eternos, la única voz que escuchaba era la de su cabeza. Reclamos, inutilidad, incapacidad. No había con quien celebrar. La maternidad no era nada como en los sueños. Para ella era soledad.

  • Me aterraba el poder que tenías de convertir algo bueno en malo

Segunda escena: La soledad del paria.

 Expulsada de la secta. El destierro dolía, un parto que aún no llegaba y dolía. No había palabras, tampoco manos que se extendieran en ayuda. Se debilitaba con los días y las lágrimas eran su compañía

Tercera escena: El látigo de la culpa. Lista de etiquetas que se convirtieron en ella.

-Desagradecida, Inútil, Incapaz, Mentirosa, Exagerada, Estúpida, Envidiosa.

La niña amordazada en la mujer. Su lucha suspendida por la culpa. La mujer quería seguir siendo niña para poder sentirse amada.

La madre abnegada le baja el telón, parecía que esta vez estaba satisfecha. No duraría mucho. Nunca duraba.

TERCER ACTO: LA RUPTURA DEL VELO

Del calor abrasador al frio y la soledad de una gran ciudad.  Su Hogar en construcción. Cielos nublados. Montañas. Todo o nada.

Primera escena: La ofrenda

Se exigió una ofrenda de vida como reparación a las afrentas recibidas. El sacrificio primigenio estaba corrupto, debía ser reemplazado por sangre nueva que alimentaría la voracidad de la secta. No había hijos, había cosas, había servidores.

Se habían sacrificado muchas vidas en el altar de la secta matriarcal. La líder mayor recibió un nuevo niño eterno y no fue suficiente. ¿Qué la hacía pensar que el suyo la saciaría? Darlo todo no sacia, solo se vuelven voraces.

La época de los sacrificios había terminado con ella. La redención no exigía sangre. 

Segunda escena: No estoy sola

  • Los maestros llegan cuando estas listo. Nunca es tarde para crecer.

Los maestros llegaron a enseñarle sus heridas, pero la niña debía sanarlas para crecer. Las palabras de la niña eran escuchadas y con actos mágicos ella misma se curaba.

LA ETERNA NIÑA: Tu tuviste tu lista de afrentas, yo te presento hoy mi memorial de agravios.

  • Me aterraba el poder que tenías sobre mí.

MADRE ABNEGADA: (mira incrédula) me hubieras dicho esto antes, exageras, no sabía que te sentías así, pero yo me siento peor, siempre fuiste muy dramática.  (mira al público y ríe señalando a la eterna niña) siempre se creyó Greta Garbo.

El memorial es leído ante la asamblea de la secta y esta canta al unísono:

“Tuviste techo, tuviste estudio y alimento. Pudo ser peor”

Veredicto: Debes olvidar, eso es pasado y del pasado no se habla.

Colocan una nueva etiqueta sobre ella: Resentida.

Tercera escena: La adolescencia de la niña

La mujer en cuerpo de mujer, le dio la mano a la niña indefensa que decepciono a su madre una vez más. Esta le explicó que no había manera posible de hacerla feliz, nunca. No era su trabajo. Era hora de crecer

Aprender para crecer. Aprender a conocerse, aprender que no era una sola cosa, podía ser todo. Aprender que no le debía a nadie y aprender que ya nadie le debía. No había más que reclamar porque nadie podía pagarle. Conócete y Acéptate. Eres luz y sombra.

  • Lista de cosas que me hacen feliz:

Escuchar los pájaros. Ver que mi hijo ríe más que lo que llora. Las manos frías de mi esposo bajo las cobijas. Aprender cosas nuevas. Ver el sol en las montañas. El sonido del mar. Sentirme útil para otros. Comer maíz. Tomar café en familia. La ciencia ficción. Me gusta pensar sin miedo. Bailar desordenada. Escribir. Los vestidos vintage. Los tatuajes. Poner la mesa sin motivo especial. Observar en silencio. Estar sola sin miedo.

  • Lista de mis sombras para que no me asusten:

Tiendo a autosabotearme. Idealizo lo que no tengo. Me comparo. Soy mi más dura crítica. Aún espero una compensación por lo sufrido. No estoy conforme conmigo. Aún no puedo ver completamente mi luz.

LA MUJER: Mira a la niña y pregunta: ¿eres feliz?

LA NIÑA: levanta los hombros. – No se

LA MUJER: Yo sí sé, lo somos. El pasado nos trajo al hoy y no olvidamos, pero aprendimos.

LA NIÑA: ¿y perdonamos?

LA MUJER: El perdón es como los pedos, si lo fuerzas seguro te cagas encima.

La misma mano que bajo el telón del primer acto comienza a bajarlo de nuevo, pero esta vez ella lo detiene y le dice que es momento de hacerlo sola

Baja el telón sola, sin la secta. Sola, pero al lado de él. Sola, pero dando ejemplo a un niño que ahora es joven. Sola por la niña indefensa. Sola por la mujer que hoy quiere ser. Por la mujer que ya es. La niña es su recuerdo y por fin creció.

PD. Estos escritos son una muestra de ejercicios realizados en el taller de escritura: narrativas autorreflexivas para acompañar la vida. Noviembre- Año 2022. Educación Continua. Pontificia Universidad Javeriana.

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